CAPÍTULO
DIECISIETE: SUSPENDIDA.
Suspenso.
Contempló aquella palabra garabateada con la tinta roja
de la vergüenza sobre la esquina superior derecha de su examen de
literatura. Ocho letras que la catapultaron al suburbio de los
cateadores. Aquel mundo oscuro que siempre contemplaba desde el podio
de las alumnas de sobresaliente.
S-u-s-p-e-n-s-o.
Incluso su amiga Andrea puso cara de perplejidad al
contemplar el cuatro y medio que calificaba el examen de Lola.
Raspando el aprobado, para mayor irritación. Rozándolo con los
dedos para dejarla con cara de idiota y un suspenso en la asignatura
que la había consagrado como una alumna brillante.
Desde hacía unas semanas, Lola había perdido el
interés por las clases, pero contemplar aquel suspenso dedicado para
ella fue una bofetada a su orgullo. Porque no se merecía un
suspenso. Ella, que sin duda era la mejor de la clase. Ella, que
siempre sacaba buenas notas con un poco de esfuerzo.
Desde su pupitre, le dedicó a Álvaro una mirada
atravesada que éste ignoró durante el resto de la clase. Lola no lo
dudó. Se lo estaba haciendo pagar por su beso con Logan. Se sintió
furiosa y atacada mientras que él la ignoraba hasta que la campana
emitió un sonido que ponía fin a la jornada escolar.
En cuanto Lola se levantó para interceptarlo a mitad
del pasillo, Andrea la agarró del brazo para detenerla. Su amiga le
dedicó una mirada que quería decir demasiadas cosas: sé que
estás colada por tu profesor de literatura, por ejemplo.
─¿Qué? ─inquirió muy ufana.
─¿Me lo preguntas en
serio? ─se exasperó su amiga─. Me has estado evitando
durante todo el fin de semana desde que te torciste el tobillo, pero
ahora no te escapas. ¿Qué hay entre Álvaro y tú?
─¿Entre el profesor Aguado y yo? ─al llamarlo por
su apellido trató de poner un poco de distancia mientras contemplaba
a su amiga con falso gesto inocente─. Una relación entre profesor
y alumna, por supuesto.
Andrea se llevó las manos a la cabeza.
─¡Madre mía, estás coladita por ese sieso! ─exclamó
Andrea.
─¡Eso es mentira! ─se enfureció Lola.
Respecto a Álvaro tenía muy claros sus sentimientos,
pero ponerlos en evidencia delante de su mejor amiga era algo para lo
que no estaba preparada.
─Y él está colado por ti... ─matizó Andrea.
─¿Álvaro? ─masculló el nombre con rabia─. No,
no lo está.
─Ahora es Álvaro, eh.
─Además del que acababa de suspenderme, Andrea. Ves
demasiadas series para adolescentes, porque entre el profesor Aguado
y yo no existe nada, ¿Me oyes? Nada.
─¿Me lo dices a mí o tratas de convecerte a ti
misma? ─replicó con sorna.
─Me voy porque detesto enfrascarme en conversaciones
absurdas.
─Deberías hablar con él antes de que la situación
os desborde ─sugirió Andrea, ignorando la reticencia de su amiga─.
Se empieza por un suspenso cargado de celos y se acaba montando una
escenita delante de toda la clase. A él lo despedirán y a ti te
matarán sus padres.
Lola se cargó la mochila al hombro.
─Me largo.
Andrea la siguió soltando un resoplido, pero a mitad
del camino se detuvo cruzándose de brazos. Estaba harta de
preocuparse por Lola y no recibir nada a cambio. En los últimos
meses, su amiga había cambiado hasta convertirse en una extraña a
la que defendía incluso de sí misma.
─¿Desde cuando existen tantos secretos entre
nosotras? ─le recriminó.
─Deberías utilizar tu imaginación para algo más
útil que meterte en mi vida ─le espetó Lola.
A la salida de clase, su madre la estaba esperando
dentro del coche. Había ido a recogerla porque Lola seguía cojeando
debido a su esguince. En cuanto la vio, se metió en el interior del
vehículo sin ni siquiera saludar. Estaba frustrada por el
comportamiento injustificado de Álvaro.
Para ella, acababa de convertirse en Álvaro el
imbécil.
El imbécil celoso que la suspendía porque le daba la
gana. El que se negaba a aceptar sus sentimientos pero la culpaba si
ella hacía su vida.
I-m-b-é-c-i-l.
─¿Esa no es tu amiga Andrea? ─su madre señaló a
la joven de cabello rubio que salía del instituto. Era obvio que
sabía quién era─. Le voy a decir que la llevamos a su casa.
─Que se vaya andando.
─¡Lola! ¿Pero a ti que te pasa? ─su madre le
dedicó una mirada severa─. Andrea es una buena amiga.
Lola se hundió en el asiento y se cruzó de brazos,
evidentemente enfurruñada. Su madre llamó a Andrea mientras le
hacía un gesto con las manos. Su amiga rehusó la invitación, pero
debido a la insistencia de su madre, terminó claudicando y se montó
en el coche.
─¿Qué tal te va todo, Andrea? ─se interesó su
madre.
Desde el espejo retrovisor, Lola se percató de que
Andrea le dedicaba una mirada ácida que se esforzó en ignorar
girando la cabeza por la ventanilla.
─A mí genial, pero Lola ha suspendido literatura.
Lola apretó los labios.
─¿Ah sí? Pero Lola... si literatura es tu asignatura
preferida...
─El profesor Aguado es un imbécil.
─¡Lola, no insultes a nuestro vecino! ─la censuró
su madre.
La aludida siguió mirando por la ventanilla. Su madre
aparcó frente a la casa de Andrea.
─Adios, Silvia. Adios, Lola.
─¡Adios! ─rugió Lola.
Su madre arrancó el motor mientras un rictus incómodo
se asentaba en sus labios. Por el rabillo del ojo, contempló el
rostro arrebolado de Lola. Su hija destilaba rabia apenas contenida
en su expresión.
─A ver, cariño... yo sé que a tu edad los chicos son
una gran preocupación, pero no puedes pagar tu malhumor con Andrea,
que siempre ha estado ahí cuando la has necesitado...
Lola se revolvió hacia su madre.
─¿Sabes lo que necesito? ¡Qué todos me dejéis en
paz de una maldita vez! ─se enfureció, saliendo del coche y
cerrando de un portazo.
Cruzó el jardín en dirección a su casa. En el porche
de al lado, Álvaro estaba sentado muy relajado con las piernas
cruzadas. En cuanto lo vio, alzó el dedo corazón antes de meterse
en su casa. Álvaro la contempló sin decir una palabra, y Lola subió
las escaleras para encerrarse en su habitación. Desde su ventana, lo
contempló acariciar el pelaje de su perro. No pudo evitar quedarse
más de lo oportuno mirándolo desde la distancia. El cabello oscuro
y los ojos muy negros. El rostro de líneas duras y el rostro recién
afeitado. Era completamente distinto a Logan.
Como si sintiera que estaba siendo espiado, Álvaro alzó
la cabeza y la saludó con una mano, como si nada. Lola soltó un
juramento, cerró la ventana y corrió la cortina.
***
Suspender a Lola lo había dejado en evidencia, por
mucho que se empeñara en enmascarar su actitud bajo una normalidad
que la situación no tenía. Había dejado su profesionalidad a un
lado porque estaba celoso. Y preocupado.
¿Quién era ese chico con el que Lola se veía?
A él no le gustaba. De hecho, poco podría gustarle a
Álvaro cualquier hombre que se acercara a la dulce Lola. Pero aquel
tipo en concreto lo desagradaba. Su moto y él podían irse al
infierno, porque no quería que a Lola le granjearan problemas. Y ese
hombre los destilaba. No lo conocía, pero intuía lo que se escondía
bajo aquella apariencia desgarbada y hostil.
No podía permitir que Lola sufriera, aunque para ello
se comportara de una manera injusta y poco acertada. Él se había
alejado de ella porque la haría sufrir. Había hecho sufrir a
Amanda, y Lola era demasiado buena para soportar la culpa que lo
impedía seguir adelante.
Amanda, tan rubia y especial. Tenía ese algo que te
hacía contemplarla ensimismado. Sabía que era una mujer egoísta y
superficial, pero poco le importó su condición, porque estaba loco
por ella.
Jodido y loco por ella.
Agarró la fotografía que había sobre su escritorio y
sintió un escalofrío. Todavía podía percibir la lluvia calándole
los huesos, las sirenas de la ambulancia y a alguien que lo llamaba
por su nombre. Agobiado, abrió el cajón y metió dentro la
fotografía de Amanda. Aquella maldita mujer seguía haciéndole daño
después de tantos años.
Tomó una decisión que sabía que era la errónea en
cuanto salió de su casa y se dirigió a la entrada de la casa de
Lola. Se metió las manos en los bolsillos e ispiró antes de llamar
al timbre. Por suerte, fue la madre de Lola quien abrió la puerta.
Silvia y él solo tenían una cosa en común: querían
lo mejor para Lola. Y en su opinión, lo ideal para Lola era alejarse
de los hombres que como él solo le traerían problemas.
─Buenas tardes, Álvaro. ¿Te puedo ayudar en algo?
─En realidad sí.
***
Cuando Logan fue a recoger a Lola se encontró a un
hombre que le dedicó una mirada atravesada antes de encerrarse en la
casa de al lado. Logan le sostuvo la mirada hasta que el tipo cerró
la puerta. Le dio la impresión de que mientras esperaba a Lola el
hombre no le quitaba la vista de encima escondido tras alguna
ventana. Detestaba ser observado, así que clavó la vista en la casa
con un recelo palpable, hasta que escuchó su nombre en los labios de
la chica que lo tenía hechizado. Se volvió con aquella sonrisa de
idiota que detestaba ofrecer cuando la tenía cerca. De todos modos,
no podía fingir que le era indiferente, porque Lola era el único
punto que lo conducía a la realidad. Sí, de vuelta a la realidad
tras su presente cargado de odio y la constante sensación de querer
partirle la cabeza a alguien. Hasta que la conoció a ella.
Con Lola se olvidaba de todo ese odio que le oprimía el
estómago. Con Lola todo era calma y ganas de pasarlo bien. De
saborear esos besos con sabor gloss de frambuesa y sentir las manos
pequeñas que le acariciaban los antebrazos con una mezcla de miedo y
curiosidad.
Lola... Lolita... Lola...
La que siempre lo dejaba con ganas de más.
─¡Eh, Logan! ─ella le rodeó el cuello para
acercarlo a sus labios. Lo besó con mayor efusividad que otras
veces, pero a él no le importó─. He escuchado tu moto desde dos
calles abajo.
La cogió de la cintura para devorarle la boca. Había
tenido un día de mierda soportando las frivolidades de su
insoportable jefa. Por suerte, dentro de poco podría mandarla al
infierno. A ella y al malnacido de su marido.
─Vámonos ─la atrajo hacia sí para volver a
besarla.
Lola hizo como la que se resistía.
─Mi madre me ha dicho que no me monte en el vehículo
de ningún extraño ─musitó juguetona.
─Soy un extraño con el que te lo vas a pasar muy bien
─sugirió él con un brillo pícaro en los ojos─. Además, existe
otra razón de peso.
─Sorpréndeme.
─Estas deseando venirte conmigo ─dijo muy seguro.
─Sí ─admitió, caminando con soltura hacia la moto.
Él la contempló intrigado. Lola tenía la habilidad de
admitir sin problemas lo que sentía en cada momento. No se sentía
avergonzada por ello, a pesar de que alguien le había hecho daño
por mostrarse tan abierta respecto a sus propios sentimientos.
Aguantó la respiración cuando ella se agarró a su
cintura y apretó los pechos contra su espalda. Murmuró algo acerca
de abofetearlo si corría demasiado, pero Logan llevaba la adrenalina
en la sangre. No frenaba al tomar las curvas porque desde que tenía
uso de razón siempre había conducido de la misma forma.
En cuanto aparcó frente a la playa, Lola le echó una
mirada curiosa mientras se descalzaba para caminar por la arena. El
pie apenas le dolía, pero de todos modos Logan no había cumplido
aquella promesa de esperar a que se curara su esguince, por lo que no
pudo evitar pensar que se comportaba de aquella manera porque la
había echado de menos.
Se quedó impactada al contemplar la moto de agua que
los esperaba a mitad de la orilla. Siempre las había visto emergir
de las olas, desde la distancia como todo lo emocionante que
vislumbraba en su vida. Desde que conocía a Logan, no obstante, lo
había visto saltar desde un acantilado y conducir una moto a alta
velocidad. Ella solo era la clase de chica que osaba cantar en un
karaoke.
─¿Qué pasa, tienes miedo? ─sugirió él.
─¿Puedo conducir yo? ─preguntó esperanzada.
Logan puso cara de espanto.
─Lo cierto es que valoro lo suficiente mi vida para
ponerla en peligro ─se río al ver que ella ponía cara de
irritación.
Se quitó la sudadera y la arrojó a la arena,
quedándose sin la parte de arriba. Se descalzó hasta quedarse con
el bañador y con una mirada la instó a hacer lo mismo. Lola
contempló la orilla con recelo.
─Estamos en pleno invierno ─se quejó
─¿Y qué? Hay personas que se bañan en invierno en
el mar. De hecho, es un hábito muy saludable.
Lola bufó mientras se quitaba los vaqueros para
quedarse con el bikini.
─¿Por qué no me llevas a un restaurante carísimo
como haría cualquier chico que quiere impresionarme?
─Qué aburrido ─Lola contempló sus piernas con
innegable deseo antes de retormar la atención en sus ojos─.
Además, yo no quiero impresionarme.
─¿No?
─Qué va. Lo que quiero es que te quites la ropa. Así
te puedo mirar las tetas.
Lola se agachó para recoger un puñado de arena que le
tiró a la cara. Él se rió y comenzó a tirarle agua mientras ella
gritaba y trataba de reunir puñados de arena húmeda que tirarle a
la espalda. Pero Logan fue más rápido y la cogió en brazos,
zambulléndolos en el agua helada. Lola se pegó a él y soltó un
grito cuando emergieron a la superficie.
─¡Eres un idiota, Logan! ─se irritó, congelada de
frío.
Él se pegó a su cuerpo y le mordisqueó los labios.
─Un idiota que está loco por ti.
Lola sintió el cuerpo húmedo y resbaladizo de él
contra el suyo. La fricción de los cuerpos mojados la transportó a
un mundo de intimidad y deseo mientras Logan le agarraba las nalgas y
la presionaba contra su erección. La besó con lentitud y la promesa
de algo más urgente. Había tanto deseo contenido que se separaron
jadeando para volver a encontrarse al siguiente segundo.
Las manos de Logan la tanteaban, casi pidiendo permiso.
Flotaron en el agua agazapados por las olas hasta que consiguieron
llegar a la moto acuática entre beso y beso. Logan la aupó por las
nalgar para subirla y ella emitió una queja que se perdió con la
risa de él.
En cuanto Logan se montó en la moto, ella se agarró a
su cintura. La moto tomó velocidad y el agua le salpicó las
mejillas. Nunca se había bañado en el mar en invierno, pero
sumergirse con Logan le pareció una experiencia caliente que la dejó
aturdida.
Logan detuvo la moto en una zona tranquila y la instó a
cambiarse de posición. Ella le ofreció una mirada radiante
acompañada de una sonrisa plena que él recibió con un guiño.
─Dime que no me estoy jugando la vida ─clamó él.
─Qué exagerado. Te prometo que tendré cuidado.
Aguantó la respiración al sentir la presión del
miembro de Logan contra sus nalgas. Sabía que era un roce
involuntario, pero no pudo evitar ponerse nerviosa. Él le acarició
la muñeca para colcarle la mano sobre el manillar.
─Los pies siempre apoyados en el estabilizador ─le
explicó. Ella hizo lo que él le pedía─. Sólo tienes que girar
el manillar un poquito porque...
Ella lo hizo, pero la moto salió catapultada hacia
delante y Logan se cayó al agua. Lo oyó maldecir y gritar su
nombre. Como un acto reflejo, ella soltó las manos y la moto se
detuvo a cien metros de distancia. A lo lejos, Logan parecía un
muñeco que chapoteaba en el agua. Apenas pudo contener la risa por
su metedura de pata.
─¡Ven a buscarme! ─le pidió.
─¿¡Cómo lo hago!? ─preguntó, pues no tenía ni
idea.
Lo oyó resoplar desde donde estaba.
─¡Quédate donde estás!
Logan comenzó a nadar hacia ella acortando la distancia
con evidente esfuerzo. Le tomó cinco minutos alcanzar a Lola debido
al creciente oleaje, pero en cuanto llegó hacia ella, no había
signo de enfado en su rostro.
─Recuérdame que no vuelva a dejarte al volante
─repuso, con una sonrisa.
─No lo entiendo, solo lo he girado un poquito...
Se echó hacia atrás con palpable frustración, pero
Logan la sostuvo por la muñeca para detenerla. Ella lo observó
asombrada por el cambio de parecer, pero Logan se sentó a su espalda
y le sostuvo las manos mientras sus labios le acariciaron el lóbulo
derecho de la oreja.
─¿Te vas a rendir porque yo te lo diga? ─Lola curvó
una sonrisa─. Un movimiento de muñeca muy suave y la tendrás en
el bote... como a mí...
Ella tembló antes de agarrar el manillar con firmeza.
─Si me dices esas cosas me pongo nerviosa.
─No me había dado cuenta ─ironizó─. Pero solo
digo la verdad, Lola.
Retiró la mano de la suya para colocarla sobre su
cintura. Ella trató de recobrar el dominio sobre sí misma antes de
girar el manillar tal y como él le había pedido. Consiguió que la
moto se moviera unos metros y soltó un grito de satisfacción. Con
las instrucciones de Logan, estuvo cerca de una hora surcando cada
ola que encontraba, hasta que comenzó a anochecer y decidieron
regresar a la orilla.
Se vistieron en la arena mientras se miraban de reojo.
Logan insistió en invitarla a cenar a uno de esos restaurantes de
cinco tenedores, y terminaron comiendo en un puesto ambulante de
pescaito frito.
Cenaron mientras caminaban por la orilla, y se sentaron
descalzos para contemplar la lluvia de estrellas de aquella noche.
Lola sabía que como aquella lluvia de estrellas, un momento como
aquel sería irrepetible.
─¿Cómo se llama? ─preguntó Logan de repente.
Lola sacudió la cabeza y se acurrucó contra su pecho.
Álvaro, siempre Álvaro.
─Qué más da cómo se llame. No quiero hablar de él,
Logan ─lo miró a los ojos sin vacilar─. No se lo merece.
─Creo que algún día regresara a buscar lo que dejó
escapar ─le dijo él. Atrapó un mechón de cabello entre sus
dedos─. A lo mejor no me da la gana que se vaya contigo, Lola.
─Puede que yo no me quiera ir con él.
─Si lo tuviera delante le diría cuatro cosas.
─No sabes nada de él ─respondió muy tranquila.
─No me hace falta. Te miro y no me hace falta que tú
me digas nada.
Lola apoyó la cabeza sobre su hombro.
─Me gusta estar contigo ─le dijo.
Cerró los ojos porque se sentía muy bien a su lado y
quería guardar aquella sensación en su memoria.
─Lo sé ─pasó un brazo sobre sus hombros y la
atrajo hacia sí─. Lo que tú no sabes es el miedo que me da
acostumbrarme a esto.
Regresaron a medianoche y Logan se despidió de ella
como hacía siempre. Sin número de teléfono y sin forma de ser
contactado. Lola empezaba a estar harta de su misticismo, pero sabía
que si exigía más de lo que él estaba dispuesta a dar lo perdería.
Simplemente se sentía muy bien a su lado.
Se dirigió al jardín trasero antes de entrar en casa.
Sabía que Álvaro solía estar en la parcela contraria jugando con
su perro, pero de todos modos no esperaba encontrárselo a las tantas
de la noche.
─¿Ya te ha dejado romeo en la puerta de casa? ─bromeó
él con inquina.
─Tienes un gran sentido del humor. Primero me
suspendes y ahora pretendes reírte de mí.
Ni siquiera lo miró al soltar aquella verdad porque
estaba muy cabreada.
─Qué fácil es echar la culpa a los demás de
nuestros propios errores.
─En eso te doy la razón.
─Has suspendido porque no estudiaste lo suficiente.
─¿También te vas a creer que no estás celoso y que
te estás comportando como un imbécil?
Él no se inmutó.
─Qué va. Lo que voy a hacer es darte clases
particulares todas las tardes. Ya lo he hablado con tu madre.
A Lola se le desencajó la expresión. Por su parte, él
continuó su camino para encerrarse en su casa.
─¿Cómo que ya lo has hablado con mi madre? ¡No eres
nadie para hacer esas cosas! Si lo que pretendes es obligarme a pasar
tiempo contigo para separarme de Logan...
Él se detuvo de inmediato y cerró los puños. Pese a
todo, fingió desapego al preguntar.
─¿Quién es Logan?
Ushh, que pasado nos salio Alvarito!!! Ja,ja,ja, Estupendo Chloe, Bendiciones :*
ResponderEliminarmuchas gracias! :)
Eliminarnos vemos el jueves!
Cada día odio un poquito mas a alvarito.... Y me encanta mas logan... Uffff lo que estará dispuesto ha hacer por ella.... Claro que todo puede cambiar claro... Pero no creo esta poquito por ella.... Y ella cada dia esta un poquito mas de el... Estoy deseando que tengan su primera vez..... Porque serán con el..... Jajajajajajaa
ResponderEliminarLogan está un poquito mucho por ella jejeje pero habrá que ver cómo se desarrolla la historia y si al final se la lleva
Eliminargracias por tu comentario!
La sinceridad de Logan me mata! <3 ... Definitivo Alvaro se gano lo de imbécil en este capitulo.
ResponderEliminarMe encanto Chloe!
jajajajajaj ay Álvaro es que se las trae.. pero tenía que hacer algo o la perdía
Eliminarnos vemos el jueves. besos!
Me encantaaaaaa que alvaro le vayaaa a dar claseeeeeess!ahora si q va a ser un triángulo amoroso y la cosa se va a liar más!
ResponderEliminarjejeje sí, ahora se liará mucho más. Lo que no sé si a ellos les gustará tanto
Eliminarnos vemos el jueves!!
Cada día odio un poquito mas a alvarito... Y amo un poco mas a logan!!!! Y ella también creo... Que no sera capaz de hacer por ella este chico???? Madre miaaaaaaaa..... Que ganas de que llegue el jueves!!!!!! Chloeeeeeeeeeeeeee !!!!!!!!
ResponderEliminarAy ese Álvaro que nos trae por la calle de la amargura... en el fondo está coladito por ella :)
Eliminarno vemos el jueves!
besosssssss
Logan Loganito Logan.... que te estas metiendo a Lola en el bote y el pobre Alvaro muertito de celos pero que bien ha salido al paso el joio Ayyyyyyyy yo quiero un profe de esossssssss!!
ResponderEliminarjajajaja Álvaro ha salido muy bien del paso, pero a Lola no le ha hecho gracia jejeje
Eliminarnos vemos el jueves!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue bello Logan ... pero tengo que decir que Alvaro es un CABRONAZO no lo puedo creer que le haga eso a Lola es un egoísta. Chloe como siempre impecable me gusto el capitulo un beso enorme bella esperar hasta el jueves
ResponderEliminarÁlvaro se muere de celos y actúa como mejor cree... Logan le está ganando terreno, ¿Por quién se decidirá Lola? Ay....
Eliminarhasta el jueves! besosss!
Ainsss que manía le estoy cogiendo a Alvaro y que me gusta Logan. Me encantó Chloe.
ResponderEliminarjejejeje es que Álvaro se las trae, ¡Tiene que actuar más!
Eliminarhasta el jueves!!!
Capitulazo...ayyy Alvaro k porculero...y Logan tan duro k parecia y diciendo esas cosas tan bonitas....Chloe eres genial sigue guapa...
ResponderEliminarmuchas gracias Loli!!! :)
Eliminarsiiii la historia sigue y sigue ejeje
besosss!
Ayyýy mi logan x diossss me tiene loca y el otro listo ahora con las clases aggggg lo odioo. Asta el jueves 😚
ResponderEliminarjajajaj tú eres team logan declarada
Eliminarhasta el jueves!
Ayy Chloe por dios necesito saber mas ya!!!!Muero de amor por Logan!!!!Estupendo,genial
ResponderEliminarmuchas gracias Saray! besos!
EliminarHolaa!!! Madre mia me a encantado el capitulo, que mono Logan se a declarado un poco .
ResponderEliminarAlvaro nos ha salido muy listo , al final a movido ficha.
Lola no esta siendo muy justa con Andrea , me da pena es su amiga.
Deseando que llegue el jueves.
Besotes!!!
La verdad es que Lola no ha sido justa con su amiga. Amigas como Andrea hay pocas, y siempre la defiende y mira por ella. Lola tendrá que recapacitar en el próximo capítulo
Eliminarbesosssss
Mmmmm que me ha encantado Logan pero ÁLVARO creo que lo supera!!! Cada vez se pone más emocionante, felicidades Chloe eres una gran escritora!!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias :)
Eliminarun beso!
Mi querida y favorita escritora bella ... creo q mi profe por fin esta sacando las uñas creo q mucho se ha tardado ya logan le lleva un buen camino ganado pero como a nuestra adolescente su corazón dice profe aguado tal esas clases me sirvan de algo mas...
ResponderEliminarMe pude dar clases el profe por la noche ???
Siento decirlo pero cada vez creo q son mas pequeño estos capítulo. ..
♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡
muchas gracias por tus palabras, me animan muchísimo!!
Eliminarun abrazoooo! :)
Hola buenas tardes.
ResponderEliminarEntre para leer tu opinión acerca del erotismo en los escritos y me quedé tan atrapada a esta historia que no pude salir hasta terminar la última palabra, simplemente genial.
Me encantaría seguir leyendo sobre tu historia por favor continua espero con ansias mañana. Ojalá y sea tan bueno este. Tus personajes son geniales álvaro, logan.
Saludos y abrazos desde México
muchas gracias Anne. Me alegra saber que has leido la historia. El jueves mas
ResponderEliminarbesos
QUE RABIA ALVARO!! ESTA COMO EL PERRO DEL ORTELANO, NO COME NI DEJA COMER!!!!! QUE FEO!!! ME ENCANTA LOGAN, EL ESTA ENAMORADO PERO ASUSTADO TAMBIEN <3
ResponderEliminarSí, Logan está muy asustado y es lógico... a Álvaro lo iremos descubriendo poco a poco. Ya tienes el siguiente capítulo. Besos¡!
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