CAPÍTULO
CATORCE: SOLO UN CHICO.
Igualito a mi modesto piso :)
Las paredes blancas de la mansión se confundían con la
roca y el espeso follaje que ocultaba el complejo arquitectónico de
las miradas curiosas. Situada sobre un acantilado, una verja de forja
se abría para dar acceso privado a la cala de la playa, un
emplazamiento exclusivo desde el que se podía acceder descendiendo
por una escalera de roca caliza.
Logan contempló la valla de dos metros forjada en
hierro blanco que recubría todo el recinto. Lo que el hombre que
vivía en el interior ignoraba es que Logan no tendría necesidad de
sortear aquel sistema de seguridad, pues pretendía entrar por la
puerta principal. Como un empleado más. Sin armar sospechas.
Golpeó los nudillos contra la puerta de la entrada y
esperó a que alguien acudiera a su llamada. Había vigilado aquella
casa durante semanas lo suficiente para saber que ella vivía sola.
Pero no le suponía un problema. Logan era un hombre paciente. Había
esperado durante años para tramar su venganza, y no le costaría
esfuerzo alguno aguardar el regreso del hombre al que debía que por
sus venas corriera odio.
Lo mataría con sus propias manos. Lo miraría a los
ojos y no actuaría hasta que aquel miserable lo reconociera. Ya no
era aquel niño asustado que huía de todo. Los años lo habían
hecho más fuerte, imperturbable y frío. Del niño que fue solo
quedaban unos ojos azules que apenas evocaban al chaval débil y
enfermizo que había sido. Ahora era un hombre que sobresalía del
metro ochenta, entrenado para defenderse con unos músculos de acero
que trabajaba todos los días.
─Buenos días, ¿En qué puedo ayudarlo? ─una chica
del servicio doméstico, ataviada con un uniforme de tonos grises, lo
recibió con una sonrisa circunspecta.
─Vengo por el puesto de jardinero.
─Acompáñeme. La señora Ortiz ha insistido en
encargarse ella misma de las entrevistas de los candidatos. Ahora
mismo está reunida con uno de ellos.
Siguió a la muchacha, cruzando una amplia estancia de
techos altos y suelo revestidos en madera. Una chimenea caldeaba el
hogar, y de las cristaleras que daban al jardín se colaban los rayos
de un sol que iluminaba cada rincón. Logan atisbó a aquella mujer
rubia con aire tan refinado. Vestía un mono en color crema con la
espalda al aire que se fundía con el tono pálido de su piel. Gozaba
de una delgadez extrema que en mitad de su cuarentena no le sentaba
nada mal. A él le resultó la típica mujer elitista y aburrida
demasiado preocupada por su aspecto. Sumergida en su mundo
superficial y vacío, cobijada en una casa demasiado grande para un
alma tan solitaria.
Le desagradó al instante
.
Daba instrucciones a un chico que pretendía quedarse
con el puesto que era para él. Sin ser invitado, cruzó la estancia
ante la mirada de par en par que le dedicó la chica del servicio.
Haciendo gala de un atrevimiento que esperó que despertara la
curiosidad de aquella mujer, depositó sus herramientas de trabajo en
el suelo y comenzó a trabajar.
Cogió las tenazas y dio cortes certeros y rápidos a un
seto. Supo que la destreza y el arrojo que mostraba harían que la
mujer clavara los ojos en él y se preguntara quién demonios era el
hombre que acababa de irrumpir en su jardín sin ser invitado.
Logan se secó el sudor de la frente con el dorso de la
mano y continuó inmerso en su labor sin enunciar una palabra. Sintió
la mirada de la mujer clavada en su espalda, estudiándolo.
Sopesándolo. Tras unos minutos que se le hicieron eternos, se
incorporó de la hamaca sobre la que estaba tirada y caminó hacia
él.
─¿Pretende impresionarme? ─se burló. Su voz era
grave y tranquila. Estudiada y carente de emoción.
Logan sabía que ya estaba impresionada. Sin dedicarle
una sola mirada, continuó trabajando.
─Aquí hay mucho trabajo por hacer. Cuanto antes
empiece antes terminaré
─le dijo, y de un corte remató aquel seto. Se echó a
un lado y rozó el hombro de la mujer con fingida inconsciencia.
─Aún no lo he contratado.
La mujer se cruzó de brazos y ladeó la cabeza para
mirarlo.
─Debería hacerlo. Quiero este trabajo y no la
defraudaré.
La miró a los ojos sin vacilar y atisbó el leve
temblor que se formó en la boca pintada de ella antes de esbozar una
ligera y efímera sonrisa que se difuminó tan pronto apareció.
La mujer se echó a un lado, lo observó durante un
instante y pareció satisfecha de lo que veía. Caminó con ligereza
hacia el salón, moviéndose como una reina que asistía triunfal a
su baile de súbditos. Señaló al otro candidato y le habló sin
apenas dedicarle una mirada.
─Vete.
El tipo soltó las herramientas en el suelo de mala
gana, y Logan lo vio desaparecer. Esbozó una sonrisa triunfal antes
de hundir la cabeza en el trabajo. Estaba dentro.
***
Lola suspiró antes de incorporarse para echar a caminar
en dirección al escritorio de Álvaro. Era evidente que lo evitaba
siempre que podía. Entre ellos se había creado una muralla de
recriminaciones silenciosas que la aturdía, pues hasta hace unos
días, Lola se empeñaba en acercarse a él todo lo que podía.
Sin duda el regreso de Logan había transformado su
comportamiento. Trataba a Álvaro con una frialdad que la hacía
sentir vencedora. Quería que él sufriera por todas aquellas semanas
en las que la había tratado con indiferencia, pero se daba cuenta
que con su actitud se hacía más daño a sí misma.
Álvaro le importaba. Álvaro le seguía importando. Le
importaba porque lo quería y dolía demasiado para ignorarlo. Porque
en sus sueños volvía a ser el tipo amable, encantador y atento que
la había deslumbrado aquel verano.
─Profesor Aguado ─dijo con palpable incomodidad.
Él levantó la cabeza del escritorio para mirarla a los
ojos. No hubo réplica alguna en su expresión, por lo que Lola
suavizó la tensión que le apretaba el estómago.
Cálmate, es solo tu profesor; pensó. Pero
Álvaro nunca sería solo un hombre. Solo un vecino. Solo el
chico de la casa de al lado. Álvaro era Álvaro y con eso bastaba.
─No entiendo este ejercicio ─se esforzó en parecer
calmada mientras le señalaba el número de la página.
Álvaro centró la vista en el libro. Lola conocía
aquella arruga que se formaba en torno a sus ojos. Adoraba aquella
arruguita sexy. Le resultaba encantador la forma en la que los
mechones oscuros de cabello salpicaban su frente. Los labios
entreabiertos signo de la concentración en la que se hallaba.
El Álvaro culto que se esforzaba en apasionar a sus
alumnos con las letras. El que quería hacer de Lola una persona de
provecho. El que transmitía conocimientos y amaba su trabajo.
─Es una oración subordinada sustantiva ─continuó
con una explicación a grandes rasgos sobre la sintaxis que Lola
escuchó con atención. Cuando terminó, le dedicó una sonrisa
sincera. No era la clase de profesor que te despachaba con prisa
porque le amargaba su trabajo─. ¿Lo has entendido?
─Sí, gracias.
Se inclinó sobre el escritorio y le apretó el brazo en
un gesto cariñoso que para ella fue instintivo. Porque para ella era
algo más que su profesor, y jamás podría comportarse como una
alumna corriente que respetaba las distancias. En cuanto lo rozó y
sintió la incomodidad que él emanaba se arrepintió de un ademán
que había sido espontáneo. Retiró la mano de inmediato.
─Lo siento ─murmuró en voz baja.
Ambos echaron una mirada inquieta a los alumnos que no
se habían percato de nada. La suya jamás sería una relación
normal.
─No pasa nada, Lola ─respondió él.
Antes de que se marchara, sostuvo su mano y le habló
con voz queda para que nadie pudiera escuchar lo que le decía. Lola
se estremeció al sentir el tímido contacto de su boca sobre el
lóbulo de la oreja.
─A mí me pasa lo mismo cuando estoy contigo. Ya lo
sabes.
Sintió un vuelco en el estómago, como si un charco
líquido le quemara el vientre y se esparciera hacia sus
extremidades. La atontó aquel comentario sincero, y sin ser capaz de
reaccionar, caminó como una autómata de regreso a su pupitre. Desde
la distancia, Álvaro no le quitaba los ojos de encima.
Quiso hablar con él a la salida de clase, pero no lo
encontró en ningún sitio. No estaba en su despacho, por lo que
supuso que se habría marchado a casa un poco antes de la hora
habitual.
Las horas en el trabajo discurrieron lentas y sin
emoción hasta que un correo electrónico apareció en la bandeja de
entrada. Con curiosidad, leyó aquella misiva que llevaba esperando
tanto tiempo.
El chico de las cartas. El desconocido.
Querida Lola,
Te echo de menos. Aunque
esté cerca de ti, te echo de menos. Porque siento que estás a mi
lado pero en un punto inalcanzable. Con la mente en otra parte. Quizá
pensando en algo..., o en alguien.
Empecé a escribir este
email con la intención de decirte que no dejes que nadie ponga
trabas a tus sueños, pero al inicio del mismo te eché de menos de
nuevo. Otra vez. Como siempre.
¿Qué haces conmigo?
Es inconsciente, porque
ni tú misma lo sabes pero consigues un efecto en mí que otras
personas no poseen.
─¿Quién eres? ─musitó
en voz alta.
Fregó los platos a mano para evadirse de aquella carta
que siempre la dejaba intrigada y con una sonrisa en la boca. Era una
chica a la que le gustaba gustar. Suponía que así es como solía
funcionar con todo el mundo.
Somos seres sociables a los que nos gusta gustar.
Queremos agradar a todo el mundo porque así nos agradamos a nosotros
mismos, pensó.
No se sorprendió al ver a Logan aparecer en la última
hora de su turno. Él era así. Imprevisible, inaccesible,
incorregible. Sus apariciones la aturdían y la intrigaban, como el
tipo de las cartas.
Sin decir nada, destapó una cerveza y se la sirvió.
─Quería verte ─dijo sin más, tomando asiento en un
taburete cercano.
Lola tenía las manos apoyadas sobre la barra, y Logan
acarició las manos con un pulgar. Abstraído pero siempre cercano.
En su mundo pero teniéndolo todo bajo control. Logan era extraño.
─Necesitaba un poco de compañía ─le explicó.
Lola entrecerró los ojos y lo miró con reticencia.
─Eres un tipo muy complicado.
Él inclinó la cabeza hacia arriba para mirarla.
─Nunca dije lo contrario.
─No... ─Lola forzó una sonrisa y le sirvió otra
cerveza, pero Logan sacudió la cabeza y dijo que por hoy ya había
bebido suficiente─. En realidad nunca dices nada.
─Si te contara todo lo que quieres saber huirías de
mí.
─Déjame que yo lo decida ─lo contradijo.
Logan apretó la mano de ella, y entonces Lola fue
consciente del hombre que había al otro lado de la acera,
observándolos desde la distancia. Álvaro parecía haber visto un
fantasma, y Lola quiso retirarse de Logan, a pesar de que no lo hizo.
Él se metió las manos en los bolsillos, se dio media vuelta y se
largó sin volver a mirarlos. A mirarla.
Supo que él había ido allí para verla.
Logan esperó a que ella saliera del trabajo para
acercarla a su casa, pero esta vez no había ido en moto. Caminaron
un trecho sin dirigirse la palabra, hasta que Lola se detuvo movida
por la frustración para plantarle cara.
─Oye Logan...
─Ya sé lo que vas a decir ─la interrumpió con
desgana. Parecía agotado.
─No, no creo que lo sepas.
─Quieres respuestas que no voy a darte.
─Quiero que me digas lo que quieres de mí ─lo miró
a los ojos, conmocionada por su propia sinceridad. Él parecía
intrigado─. No puedes aparecer y desaparecer, ir y venir como si
fueras un amigo al que no veo desde hace tiempo. No somos amigos. Tan
solo somos un par de desconocidos que se besan de vez en cuando.
─Puedo volver a besarte si es lo que quieres ─replicó
con desdén.
Lola suspiró.
─No quiero que juegues conmigo.
─Porque una vez te hicieron daño y yo volveré a
hacértelo ─finalizó la frase por ella.
─A lo mejor soy yo la que te sorprende. Quizá sea yo
la que te haga daño ─trató de bromear, destilando amargura─.
Puede que me infravalores y no te des cuenta de que soy muy egoísta.
─Porque quieres a otra persona, eso ya lo sé─.
Rugió. Dio un paso hacia ella y Lola se sintió amenazada. Pegó la
espalda a la pared, y Logan recorrió su cintura con una mano hasta
que le ardió la piel. Inclinó la cabeza hacia bajo y miró sus
labios con deseo─. Pero cuando te beso eres incapaz de pensar en
él.
─Logan...
Trató de separarse de él mientras el corazón le
martilleaba sobre el pecho. Se sentía confundida.
Sus manos ascendieron hacia su rostro para acariciar sus
mejillas. Ella sintió la respiración ronca de él estallando contra
su cara. Tentándola y asustándola. Qué peligroso podía llegar a a
ser. Qué adictivo.
─No te empeñes en ponerle etiquetas a todo. No merece
la pena ─la boca de Logan rozó sus labios hasta que el contacto
dolió─. Durará lo que tenga que durar. Será lo que tenga que
ser. Quiero estar contigo ahora y eso es lo único que debería
importarte.
─Yo no soy así.
Logan capturó su boca y Lola sintió deseos de dejarse
llevar. De agarrar los brazos masculinos y corresponder a un beso
urgente que la desatara. Pero no lo hizo. Gimió y se separó de él.
Apretó las manos pequeñas contra el pecho duro y lo retiró de su
contacto.
─Hoy no ─determinó.
Logan no volvió a intentarlo. Se retiró de ella y se
colocó a su lado, pegando la espalda contra la pared. La contempló
de reojo sin decir una palabra. No parecía enfadado ni sorprendido.
No parecía nada en absoluto, y eso fue lo que más asustó a Lola.
─Las cosas no funcionan así ─murmuró ofuscada, con
voz lejana.
Logan se movió tan rápido que ella no pudo verlo. Se
colocó a su espalda y le habló con la respiración acariciándole
la nuca.
─Déjate llevar de vez en cuando. No es tan malo como
parece ─le aconsejó.
Antes de que pudiera responderle, Logan ya se había
marchado.
No se quedó a esperar que volviera porque sabía que no
lo haría, así que caminó hacia su casa con la intención de
sumergirse en su Diario. Un cuaderno de papel que la entendía mejor
que nadie. No existían réplicas ni consejos, tan solo sinceridad.
Qué bien sentaba dejar aflorar los sentimientos sin que
nadie te juzgara por ello...
En la entrada de la casa de al lado, sentado en los
escalones del porche con las piernas estiradas, estaba Álvaro. Lola
lo saludó con la mano en cuanto lo vio, y Álvaro correspondió al
saludo con excesiva normalidad.
Bajo la apariencia conciliadora existía un desengaño
que no estaba encantada de provocar. Sin pensárselo, caminó hacia
donde él estaba, a pesar de que no sabía lo que iba a decir. No fue
necesario. Álvaro la miró a los ojos y lo dijo todo.
─¿Es importante para ti? ─exigió saber. No había
reproche alguno en su voz, pero sí una profunda necesidad.
─No lo sé... ─admitió─. Puede ser.
¿QUÉ OS HA PARECIDO??? ¿LOGAN O ÁLVARO? ¿ÁLVARO O LOGAN? ¡LA ETERNA PREGUNTA! DÉJAME UN COMENTARIO Y RESPONDE SEGÚN TU GUSTO. NOS VEMOS EL LUNES!!!
Puede ser nooo es jijiji asta el lunez😘😘
ResponderEliminarhasta el lunes¡!
EliminarGUao Esta dificil decir Logan o Alvaro? la cosa esta complicada conflicto de intereses me gusto este capitulo Choel excelente!!!!!!!!!!!! no puedo esperar hace el lunes
ResponderEliminarmuchas gracias.Un beso¡!
EliminarVayaa telaaaa!cada vez estoy más insegura de con quien se quedará! Me gustan los dos aunq prefiero a alvaro!
ResponderEliminarjajaj creo que eso no lo sabe ni Lola. Está hecha un lío :s
Eliminarhasta el lunes :)
Cada capitulo me gusta mas,en este capitulo me qedaria con Logan,pero no se,es dificil,otras veces me qedo con Alvaro,pero Logan me esta ganando,pero co qien se qedara Lola???!!!!
ResponderEliminarLos dos son... geniales :)
EliminarBufff Chloe esto esta que arde !! Me quedooo con Alvaro. Logan esta claro que solo le va hacer daño, esta lleno de venganza y no lo veo enamorándose de Lola .
ResponderEliminarPor cierto muy bueno el detalle de la música acompañando mientras leemos el capitulo Gracias xula!!
me alegro de que te guste la música :D
Eliminaray... Logan va a traer muchos problemas, pero es que Álvaro también :S
qué lío jaja
gracias por leerme!
logan sin duda!!! como me gustaaaaaaa. Alvaro no me termina.. ahora si ahora no, logan en el fondo y poco a poco creo que se esta enamorando de ella...y la venganza, ya veremos a ver como termina... me gusta mucho... felicidades otra vez... quiero massss. ;)
ResponderEliminarLogan por el momento está colado por ella. Tendremos que ir viendo su evolución...
Eliminarmuchas gracias por leerme!
un beso!
Como Siempre, no me defraudas Chloe, con cada capítulo me ratificas que eres grandiosa y me tienes "atrapada entre capítulos" y me encanta el cambio que le hiciste al Blog. Bendiciones.
ResponderEliminarmuchísimas gracias!!
Eliminarsí, el cambio era necesario :)
un beso!
Ufff no se cual elegiria entre Logan y Álvaro? Hasta el lunes
ResponderEliminaryo me quedaría con los dos jajaja
Eliminarhasta el lunes
besos!
Definitivamente me quedo con Logan!!!!!
ResponderEliminarTú eres de Logan desde el principio :D
EliminarHasta el lunes!!
Que dificil, mejor me quedo con los dos 😊, hasta el proximo lunes.
ResponderEliminarjajajjajaja no sé si eso gustaría a Logan y Álvaro :D
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarRecién llegue y ya estoy enganchada con la historia. No puedo quedarme con los dos? :( Pero la verdad es que aunque me gustan ambos y es difícil, Logan me llega mas!
ResponderEliminarHola marve! Me alegra tenerte por aquí
EliminarPues con los dos va a ser difícil, no creo que ellos aceptaran ajajajaj
gracias por leerme. Besos!
A mi me gusta Álvaro, ya que Logan es muy complicado...
ResponderEliminarufff se pone esto difícil :s
EliminarOooooh no estoy en cierre y hasta este momento voy a leer mis capítulos.
ResponderEliminarAlvarito por q no le deci lo q siente se estan descargando el corazón .... y me hacen sufrir a mi♡♡♡♡♡♡♡
ayyy qué complicado es el amor jaja
EliminarTendrán que espabilar si quieren estar juntos