lunes, 4 de mayo de 2015

CAPÍTULO 35. CARTAS CON SABOR A LIMA

CAPÍTULO TREINTA Y CINCO: CONFUSIÓN

La señora Ortiz lo vigilaba desde la distancia con un nerviosismo palpable que a Logan le traía sin cuidado. La estúpida zorra desconocía que a él no le interesaban en absoluto sus escarceos sexuales, sino que la razón por la que aún permanecía en aquella casa se debía a su marido. A lo que aquel tipo le había hecho.
Había crecido en un orfanato donde le enseñaron que el ojo por ojo era la forma adecuada de responder a los golpes recibidos. Y él había recibido demasiados golpes desde que era un niño.
¿Sería capaz de matar a aquel hombre?
Quería creer que sí, pero sabía que hacerlo lo condenaría a la soledad. Si tomaba aquella elección irrevocable, perdería a Lola para siempre.
¿Estaba preparado para perderla?
Lo cierto es que en las últimas semanas se había alejado de ella porque no podía tomar una decisión si la tenía cerca. Lola ejercía una buena influencia sobre él. La clase de influencia que lo hacía creer que él era una buena persona arrastrada por las miserables circunstancias de su vida.
Debía estar muy cabreada. Con toda probabilidad decepcionada por su ausencia.
Logan inspiró y apretó los puños.
Con él había perdido la virginidad, regalándole un momento que siempre atesoraría en su memoria. Nada podía compararse a la dicha experimentada al hacerle el amor a Lola. Porque con otras había follado, pero a ella la amó de una manera que lo conmocionaba. En el fondo, llegó a sentirse como el chiquillo inexperto al que acababan de ofrecerle una lección.
¿Y ahora qué? ─se preguntó.
Agarró las tijeras de podar y soltó varios cortes al arbusto. Aquella tarea repetitiva no conseguía apartar a Lola de su cabeza. Por supuesto que no, porque se había enamorado de ella como un imbécil.
¿Iba a permitir que ella creyera que la había abandonado sin más? ¿Permitiría que sufriera cuando se había entregado a él en señal de una completa confianza?
Ella desnudó su alma ante él, pero Logan era incapaz de contarle la verdadera razón que lo tenía atrapado en aquella ciudad.
Una mano blanca y pálida se colocó sobre su hombro. Logan tensó los músculos y dedicó una mirada de repugnancia a la mujer que lo observaba con el gesto preocupado.
Me preguntaba... ─silenció sus palabras y dudó un instante─. Mi marido regresa mañana y me gustaría saber si vas a enseñarle las fotos...
A Logan se le descompuso el estómago, hasta que una fría calma se apoderó de él y le heló todo el cuerpo.
Mañana.
Había esperado aquel día durante años, y una simple frase lo informaba ahora de que el momento indicado estaba por llegar.
Se había preguntado qué es lo que sentiría llegado el momento. Y sentía miedo. Miedo de sí mismo y de no saber hasta dónde sería capaz de llegar.
Mañana ─repitió en tono inexpresivo, con la necesidad de hacerse a la idea.
Sí, eso he dicho ─la mujer lo contempló intrigada─. ¿Has tomado una decisión?
Logan se incorporó de golpe y caminó hacia la puerta de la entrada, mientras que aquella mujer lo seguía ansiosa.
Debes creer que soy una persona horrible ─le dijo de repente.
Logan se detuvo y suspiró.
He conocido a suficientes personas horribles.
Ella parpadeó sin entender a qué se refería.
Sé... que para ti no tengo justificación... pero solo soy una mujer a la que su esposo no presta atención. Me siento sola, frustrada, rechazada...
Logan le sostuvo la muñeca cuando ella intentó tocarlo.
Puede que mañana no tenga que volver a preocuparse por ello ─sentenció.
¿A qué te refieres? ─preguntó preocupada.
Logan no respondió. Ni siquiera él sabía lo que ocultaban aquellas palabras.
Caminó hacia la salida y se montó en la moto. Si tenía que tomar una decisión, acudiría a la única persona a la que quería. A la única persona por la que necesitaba sentirse querido.

***

Lola tenía frente a sí a un hombre desquiciado por los celos. Quizá era lo que había deseado desde que lo conoció: una reacción. Un gesto de amor espontáneo que le descubriera que él también sentía algo por ella.
Tal vez, llegaba demasiado tarde...
Se sentía demasiado confusa para responder a su pregunta. Dividida entre la necesidad de volver a ver a Logan y la necesidad de sentirse querida por Álvaro. Atrapada entre la novedad que Logan le ofrecía y el pasado que no había podido desterrar del todo. Entre el invierno con Logan y el verano con Álvaro.
Asustada.
¡Dímelo! ─exigió fuera de sí.
La atrapó por los hombros cuando ella insistió de nuevo en apartarse de él. Y entre aquellos pensamientos brumosos que la atosigaban, existió la certeza de que con Logan todo era más suave y cálido, como aquella primera vez en la que él desterró el miedo en favor de las caricias.
Basta... ─susurró agobiada.
Él no desistió.
Dímelo ─insistió, hundiendo sus dedos sobre la piel femenina─. Mírame a los ojos y dime que ya no sientes nada por mí.
Los ojos de ella se humedecieron ante la incertidumbre de estar a punto de perder a aquel hombre. Ni siquiera fue consciente de la moto que se acercaba a gran velocidad, para luego detenerse a escasos metros y observar con el rostro arrebolado por los celos lo que estaba sucediendo entre ellos.
Hice el amor con Logan, ¡Maldita sea, me acosté con él! ¿Qué más necesitas? ─replicó con dureza, pese a que sabía que lo hería con sus palabras.
Los ojos de él se encendieron con algo peligroso.
Estás confundida ─decidió por ella.
Su voz estaba rota de dolor. Se negaba a creer que ella lo hubiera abandonado para siempre.
Estoy con Logan ─respondió, alzando la barbilla.
Álvaro subió las manos hacia su cuello y a ella se le aceleró el pulso. Sus dedos recorrieron la piel suave hasta asentarse sobre sus mejillas. La acariciaba con gesto dolorido, como si tocarla le hiciera demasiado daño pero fuera algo contra lo que no podía controlarse.
Sigues sin responder a mi pregunta ─afloró una sonrisa angustiada que a ella la conmovió─. Que estés con él no significa que hayas dejado de quererme. Ni siquiera eres capaz de mirarme a la cara, Lola.
No te miro a la cara porque me has hecho demasiado daño...
Dos lágrimas rabiosas resbalaron por sus mejillas. Álvaro tiró de ella hacia su pecho y la sostuvo allí, muy cerca de sus labios. Lola se quedó inerte, atrapada entre la tentación y la duda.
Te quiero, Lola.
Calla ─suplicó.
Cerró los ojos para no mirarlo. Aquello era demasiado bonito, pero llegaba en el momento equivocado.
Te quiero, ¿Me oyes? Te quiero... ─besó cada una de sus lágrimas hasta que sintió que ella temblaba─. Lo he reprimido durante todo este tiempo, pero ya no puedo seguir engañándome. Voy a repetírtelo todas la veces necesarias. Todas las que no te lo dije pero estaba deseando...
Por favor, aléjate de mí ─Lola abrió los ojos y se encontró con la pasión desatada de los suyos─. Puede que sea lo que necesite oír, pero no es lo que quiero.
Lo buscaste a él porque no podías tenerme a mí ─ante aquella declaración, Lola se irguió y despertó de su letargo. Pero él continuó, ajeno a lo que acababa de desatar en ella─. Puede que él sea tu consuelo, pero yo soy el hombre del que estás enamorada.
¡Eso no es...! ─se alteró.
Voy a demostrártelo.
La sujetó de la cintura y atrapó su boca antes de que ella pudiera reaccionar. Dudó durante un instante que fue suficiente para que el hombre que observaba la escena desde la distancia arrancara la moto y se largara de allí, sintiendo una traición que no había existido.
Un sentimiento cálido le apretó el estómago cuando él la besó. Con pasión y urgencia, quizás para darle una lección. Álvaro tomó sus labios de una manera que la dejó extenuada, pero no fue suficiente para hacerla olvidar. De un empujón, se separó de él y lo observó con resentimiento, mientras que él le dedicó una mirada confusa.
¡Tú no sabes nada! ─le gritó alterada─. ¡Tú no tienes derecho a juzgar mis sentimientos! No hice el amor con Logan por un absurdo ataque de despecho... lo hice porque lo deseaba.
Cállate de inmediato o no respondo de mis actos ─le advirtió malhumorado.
Pero ella continuó.
¡Lo hice porque me siento tremendamente bien cuando estoy a su lado! Porque me gusta y porque lo deseo. Porque era lo que quería en ese momento... y nunca... nunca pensé en ti cuando estaba haciendo el amor con Logan.
Álvaro avanzó hacia ella enloquecido, y la atrapó con rabia para apretarla contra el capó del coche. Dejó caer el cuerpo contra el suyo y soltó un juramento que logró aterrarla.
Te he dicho que te calles, maldita sea ─se sofocó.

En el sentido contrario, un Logan enfurecido conducía la moto a toda velocidad. Engañado y humillado, se dijo que jamás volvería a buscar a Lola.

VOLVEMOS CON CARTAS CON SABOR A LIMA. DISCULPAD EL RETRASO... ¿QUÉ OS HA PARECIDO? BESOS!!

8 comentarios:

  1. Alvaro... ese te quiero llego tarde o debes de repetir mucho para q Lola este contigo... Alvarito hay q trabajar mucho

    Corto muy corto mi querida Chloe

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  2. Pobre Logan.
    Ainssssssss que penita

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  3. Ains mi Logan,qe va ha pasar????!!!!!

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  4. Ayy logan noo vuelve xdios y esk alvaro lo odioo y ahora k va a pasar

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  5. NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO por que eres tan cruel Chloe en este momento estoy que te mato ajajajajajaja esta demasiado bueno este capitulo MI LOGAN pobre y LOLITA no eso es tremenedo

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  6. Ohhh por favor , noooo vaya capitulo. Pobre Logan.
    Besotes!!!

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  7. Santas confusiones, Chloe Santana ... Que capítulo, Gracias

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