CAPÍTULO 30. CARTAS CON SABOR A LIMA

CAPÍTULO TREINTA: CARA A CARA

Logan recorría el pasillo del hospital siguiendo todo lo cerca que le permitía el personal sanitario la camilla en la que Lola iba inconsciente. Había gritado su nombre mientras la joven a la que amaba se desmayaba en sus brazos. Presionó la herida de su pecho hasta que el equipo de emergencia acudió al lugar. Según le dijeron en un intento por tranquilizarlo, su actitud fue clave para que Lola no se desangrara por completo.

Escuchaba frases agoreras mientras corría como un autómata en la dirección que conducían la camilla.

Constantes vitales muy débiles...

Ha perdido mucha sangre...

Alguien le colocó una mano en el pecho para prohibirle el acceso al quirófano. Logan contempló impotente como Lola se debatía entre la vida y la muerte. Desde el vidrio de la puerta, observó angustiado que los médicos utilizaban un desfribilador para reanimarla. El cuerpo inerte de la joven botó sobre la camilla. La pantalla del monitor cardíaco reflejaba la ausencia de pulso.

Logan se llevó las manos al rostro, aterrado ante la posibilidad de que ella falleciera. Rogaba a un Dios en el que no creía que la salvara de la muerte, y lo hacía porque estaba perdidamente enamorado de ella.

─Vamos Lola... tú puedes con esto... ─suplicó al cuerpo femenino tendido sobre la camilla.

Contemplándola desde la distancia, le resultó más indefensa que nunca, pero también más poderosa. Ella poseía la clase de vitalidad que había logrado conquistarlo. A él, que estaba podrido por dentro y hacía años que lo único que sentía era el odio carcomiéndole cualquier resquicio de bondad. Si existía alguien capaz de salvarse de aquel aciago destino, sin duda era la dulce Lola.

Escuchó gritos en el pasillo que no captaron su atención hasta que se acercaron hacia donde estaba. Los pasos condujeron a la marabunta de voces en su dirección, y en un instante se vio rodeado por personas que adivinó como la familia y amigos de Lola.

Agradeció que nadie reparara en su presencia, pues le sería difícil explicar que la persona que le había hecho daño a Lola pertenecía su familia.

La madre de Lola golpeaba el cristal mientras su marido trataba de tranquilizarla en vano. Una chiquilla rubia lloraba en silencio mientras lo contemplaba de reojo. Y entonces sucedió. A su lado, sin decir una sola palabra, el hombre del que Lola estaba enamorada contemplaba el cristal con el cuerpo tenso y el rostro inexpresivo.

Logan apretó los puños, sintiendo como la rabia lo consumía por dentro. De repente, Álvaro ladeó la cabeza y lo contempló sorprendido. Ambos estaban tan asombrados de haberse encontrado allí que al principio se miraron desconcertados. Ninguno de los dos había siquiera vislumbrado la posibilidad de conocer en persona al otro, quizá porque el momento se les antojaba demasiado desagradable. Entonces, Álvaro le dedicó una mirada asesina, cargada de odio.

De no haber estado presente la familia de ella, Logan estuvo seguro de que se habría desquitado con él derrumbándolo de un puñetazo. El odio regresó a su corazón, y una ira asesina empañó todos los sentimientos positivos que Lola le había regalado.

Una mano pequeña y pálida asió la suya, tirando levemente de su cuerpo en la dirección contraria a la de Álvaro. Él contempló aturdido a la joven rubia, quien le dedicó una sonrisa amable y temblorosa. Logan no estaba acostumbrado a los gestos de consuelo, por lo que la actitud de aquella muchacha lo descolocó.

─Gracias por salvarla ─susurró, en un tono tan imperceptible que solo él pudo escucharla.

Logan tragó el nudo que tenía en su garganta, y asintió antes de soltar de manera brusca la mano y alejarse de Álvaro. Por Lola era capaz de todo, incluso de ignorar al hombre del que estaba enamorada.

Los médicos comenzaron a alejarse del cuerpo de Lola, que yacía sobre la camilla. El monitor cardiáco reflejaba cierta actividad, pero Logan no se tranquilizó hasta escuchar las palabras del médico. Álvaro fue el primero en acercarse al doctor en cuanto este abrió la puerta del quirófano.

─¿Cómo se encuentra? ─inquirió preocupado.

─Hemos logrado estabilizarla, pero se encuentra en un estado crítico. Por suerte, usted logró controlar la hemorragia ─dijo, dirigiéndose a Logan. Los padres de Lola lo contemplaron con curiosidad─. Las próximas horas son cruciales. Los mantendré informados.

El médico desapareció del lugar, y una enfermera les pidió que pasaran hacia la sala de espera. Logan sentía las miradas de todos clavadas en la nuca. No estaba acostumbrado a ser el centro de atención, y su vida trascurría alejada de la interacción social.

Cuando quiso acceder a la sala de espera, una mano lo agarró del codo y lo empujó hacia atrás. Álvaro se interpuso entre él y la puerta, advirtiéndole con la expresión que no diera un paso más.

─¿Dónde te crees que vas? ─lo increpó─. Aquí no pintas nada.

─Apártate de mi camino ─sentenció Logan, apretando los puños.

─¿No crees que ya has hecho suficiente? Por tu culpa Lola está al borde de la muerte, maldito imbécil. Si tanto la quieres, deberías largarte por donde has venido.

Logan sintió como algo oscuro se apoderaba de él. Sin poder evitarlo, asió a Álvaro de las solapas de la camisa y lo empujó violentamente contra la pared contraria, apartándolo de la vista de todos.

─¡¿Qué quien me creo que soy?! ─bramó encolerizado, acercando su rostro al de Álvaro─. ¡Soy el que ha recogido los trozos rotos de Lola cuando tú la hiciste pedazos! ¿Y tú, quien coño eres tú? ¿Su profesor? ¿El capullo egoísta que necesita tenerla amarrada para seguir acrecentado su ego? ─Logan apretó la mandíbula y le dedicó una mirada amenazante. Estaba furioso, y la calma que se había prometido se había ido al traste en cuanto ese tipo le puso una mano encima─. Conozco a los tipos como tú, y no voy a permitir que le sigas haciendo daño. Antes te mato con mis propias manos.

─Al parecer es lo único que sabes hacer... ─murmuró Álvaro en tono irónico. Logan lo soltó con brusquedad─. ¿Qué es lo que tienes para ofrecerle a Lola, eh? Al menos yo soy sincero conmigo mismo, pero tú... no eres más que un niñato que solo le traerá problemas ─de repente, Álvaro dio un paso hacia él y le soltó un empujón imprevisto que estuvo a punto de tirarlo de espaldas─. ¡Por poco la matas!

─¡Cierra la maldita boca! ─rugió Logan.

La madre de Lola salió al pasillo y los contempló sin comprender lo que estaba sucediendo. Por su parte, Álvaro adoptó una pose neutral, como si no hubiera sucedido nada entre ellos. Logan comprendió que aquel hombre tenía demasiado que callar frente a la familia de Lola.

¿Qué pensarían sus padres de saber que el profesor de Lola estaba colado por su hija? Jamás lo sabrían de su boca, sentenció Logan. Quería demasiado a Lola para granjearle un problema de aquella índole.

─Tú también tienes mucho que callar ─le recordó Logan.

Álvaro apretó los labios.

─¿Qué está sucediendo aquí, Álvaro? ─inquirió la madre de Logan, desviando su atención de uno a otro. Entonces clavó los ojos en Logan─. Dicen que le has salvado la vida a mi hija...

Logan no contestó, pero Álvaro lo hizo por él.

─No se deje engañar por las apariencias, señora. Este niñato es el sobrino del hombre que ha atacado a Lola. La policía me ha relatado lo sucedido.

La madre de Lola se llevó las manos a la boca mientras Logan la contemplaba impasible.

─¿Es eso verdad? ─exigió saber.

Logan la miró a la cara.

─No puedo negar que ese malnacido es mi tío, pero ojalá no me uniera la sangre con él.

La mujer inspiró, como si estuviera tomando una decisión.

─Te he visto con mi hija... y... ─se detuvo para increparlo con la mirada, y Logan supo que acababa de tomar una decisión─. Mi pequeña está muy cambiada. Siempre ha sido una chica muy alegre, pero últimamente...

Se llevó las manos al rostro y sollozó mientras Logan acribillaba a Álvaro desde la distancia. Era aquel malnacido quien había hecho sufrir a Lola mientras él trataba de sanar sus heridas. Estaba completamente enamorado de ella, y jamás le haría daño a propósito.

La mujer se secó las lágrimas, avanzó hacia Logan y le cruzó la cara de una bofetada.

─¡Aléjate de mi hija! ─le gritó furiosa.

El padre de Lola y Andrea salieron al escuchar los gritos. Ambos trataron de sofocar a la mujer, pero el daño ya estaba hecho. Con la mejilla ardiendo, Logan salió del hospital y se juró a sí mismo que se alejaría de Lola, porque en el fondo, no tenía nada que ofrecerle.

¿Un futuro incierto, tal vez? ¿Una venganza que terminaría destrozándolo? Estaba más que podrido por dentro. Estaba jodido.

Las palabras de Álvaro lo quemaron por dentro.

¿Qué es lo que tienes para ofrecerle a Lola?

***

Lola se despertó en una habitación que no era la suya. Con la conciencia llegó un dolor que le quemaba el pecho. Se llevó las manos a la herida y descubrió una cicatriz enorme y horrorosa que provocó que los ojos se le llenaran de lágrimas.

Decían que estar al borde de la muerte podría provocar amnesia, pero ella recordaba con total nitidez lo sucedido. Los golpes... el intento de violación... a Logan.

Dibujó su nombre con los labios.

¿Aquel tipo era la única familia que le quedaba a Logan?

Se compadeció de él y volvió a sentir ganas de llorar. Logan había perdido a su madre, estaba solo en el mundo y le profesaba un amor que le descubrió mientras ella se desvanecía en sus brazos.

Logan estaba solo en el mundo, pero ella quería gritarle que no era así. Que la tenía a ella y que el tiempo descubriría sus verdaderos sentimientos, porque se sentía aterrorizada.

Cerró los ojos y recordó. Nadie en toda su vida le había dedicado unas palabras semejantes. Se sentía agradecida de estar con vida y de que su último recuerdo fuese el de un hombre que susurraba su nombre con tanto amor.

Late porque tengo miedo a perderte. Porque estoy más acojonado que nunca. Late porque me he enamorado de ti, porque te quiero, Lola. Te quiero, pequeña. Eres mi razón más poderosa para querer ser una mejor persona, y no puedes dejarme solo ahora que sabes que mi corazón te pertenece.

Su madre gritó su nombre en cuanto la vio despierta. Pese a que se sentía muy débil, Lola forzó una sonrisa.

─Mi niña... ¿Cómo estás?

─Mamá... estoy... bien... ─logró pronunciar.

Pero necesitaba ver a Logan. Él era la primera persona en la que había pensado al despertarse.

─Llama a Logan. Quiero hablar con él.

Su madre le retiró la mirada y Lola supo que algo no iba bien.

─¿Mamá? ─insistió preocupada.

─¡Álvaro y Andrea están ahí fuera! Les diré que pasen ─dijo, con fingido entusiasmo.

─¡Mamá! ─gritó Lola, perdiendo los nervios─. ¿Dónde está Logan?

A su madre se le oscureció la expresión.

─No vas a volver a ver a ese joven nunca más ─sentenció.

A Lola se le llenaron los ojos de lágrimas.

¿Qué no iba a volver a ver a Logan? ¿Pero de qué estaba hablando? ¿Es que acaso no se sentía agradecida? Logan le había salvado la vida, le había confesado su amor...

─Lola ─la voz de Álvaro la confundió.

Sin disimular su alegría, avanzó hacia ella y la estrechó entre sus brazos para bañarle el rostro de besos.

─Lola... ─musitó su nombre con veneración.

Ella sonrió con timidez.

─¿Cuanto tiempo llevo inconsciente? ─inquirió.

─Tres días.

¡Tres días!

Lola lo separó de ella para mirarlo sin tapujos.

─¿Dónde está Logan? ¿Por qué nadie me lo dice? ─exigió molesta.

A Álvaro le cambió la expresión, y se apartó de ella como si lo hubieran golpeado.

─Se fue hace tres días y no ha vuelto a aparecer por aquí.

─Mientes... él no...

Lola sintió deseos de llorar.

¿Qué se había largado? ¿Así sin más?

No... Logan no podía haber hecho tal cosa.

─Álvaro... me estáis mintiendo.

─Ese chico solo te traerá problemas, Lola ─sentenció él─. Por su culpa estás aquí. ¡Deberías odiarlo!

¿Odiarlo?

Lola soltó una risa incómoda.

¿Cómo odiar a Logan cuando había susurrado su nombre al borde de la desesperación? ¿Cuándo había golpeado a la única familia que le quedaba? ¿Cómo hacerlo cuando le había confesado sus sentimientos?

No, ella no odiaba a Logan.

─Quiero verlo ─insistió.

─Se ha largado.

Pese a que la angustia y las ganas de llorar se apoderaron de ella, Lola sacudió la cabeza y lo miró a los ojos.

─No es verdad ─dijo muy segura.

¿QUÉ OS HA PARECIDO? ¿QUÉ QUERÉIS QUE PASE EN EL PRÓXIMO CAPÍTULO? NO PODEÍS PERDERÓSLO... PASARÁ ALGO QUE OS DEJARÁ SORPRENDIDAS, PASMADAS Y SIN ALIENTO :O