martes, 10 de febrero de 2015

CAPÍTULO DIECINUEVE. CARTAS CON SABOR A LIMA

CAPÍTULO DIECINUEVE: DESVELANDO SECRETOS

Álvaro ignoró el sonido de su teléfono móvil al comprobar el nombre que lucía en la pantalla. Su hermana Elena lo llamaba el viernes de la última semana de cada mes para preguntarle si iría a almorzar a casa de sus padres. En realidad, el motivo de Elena era tan simple que Álvaro se preguntaba si su hermana insinuaba sus verdaderas intenciones tan a propósito, o su manera de comportarse se debía más a su carácter atolondrado.
Se masajeó las sienes con los pulgares al sentir aquella presión en los laterales de la cabeza, como un recuerdo que le martilleaba el cerebro para que no pudiera olvidarse de su culpa. Desde su posición, podía observar a Lola enfrascada en la lectura del libro que había mandado a la clase. A diferencia del resto de sus alumnos, la expresión concentrada y los mechones de cabello dispersos sobre la frente evidenciaban que ella estaba disfrutando de la lectura, y que aquella actividad poco tenía que ver con un deber impuesto e indeseado.
Soltó un suspiro áspero que escapó de su garganta cuando su teléfono volvió a vibrar sobre el escritorio. Mosqueado, cogió el aparato y sopesó la idea de arrojarlo por la ventana. En realidad, a la única persona que quería tirar por la ventana era a su hermana.
Mentía. También deseaba arrojar por la ventana a aquel imbécil que osaba besar a Lola delante de sus narices. Con un bufido audible solo para sí, se levantó de la silla con sincera molestia y salió de la clase ante la mirada curiosa de algunas alumnas. Lola seguía a lo suyo, enfrascada en la lectura de un libro que parecía resultarle interesante. Tras aquella corta visión, sonrió para sí antes de descolgar el teléfono.
─¿Qué quieres, Elena? ─dijo.
─¿Qué manera es esa de saludar a tu hermana pequeña? ─se quejó la susodicha. Lo de pequeña era un mero formalismo teniendo en cuenta que se llevaban treinta segundos de diferencia─. ¿Qué tal estás... cómo te va la vida...? Te echo de menos..., eso sí que sería un saludo correcto.
Álvaro sintió la tentación de estrellar el teléfono contra el suelo, pero logró contenerse y enmascaró la sensación agria que le provocaba una úlcera en el estómago. Elena podía fingir todo lo que le viniera en gana, pues ambos sabían la verdadera razón de su llamada. Como cada viernes de la última semana del mes, ella lo llamaba con la intención de saber si acudiría al cementerio. Y la mejor manera de conocer aquel dato era ofrecerle una invitación que él rechazaría.
─¿Qué tal estás, Elena? ─preguntó exasperado.
─Perfectamente, gracias por preguntar. ¿Y tú?
─Como siempre ─respondió sin más.
─Como siempre... ─oyó la leve exhalación de su hermana, acompañada de aquel tono impertinente que evaluaba sus palabras─. Me preguntaba si vendrías a almorzar hoy a casa de papá y mamá.
Álvaro ni siquiera se esforzó en ofrecer una respuesta que pudiera contentarla. ¿Para qué? Todos sabían que aquel día estaba reservada para ella. Su recuerdo en aquel cementerio a las afueras de la ciudad era lo único que le quedaba para purgar su culpa y lacerarse con los resquicios del pasado.
─Tengo cosas que hacer.
─¿Qué cosas? ─gruñó ella. El tono urgente no hizo otra cosa que mantenerlo en sus trece.
─A ti no te importan.
─Claro que sí. Soy tu hermana.
─Puedo pasarme mañana por casa de nuestros padres ─terció él.
─¿Y por qué no hoy? ─insistió ella.
Era evidente que quería que Álvaro cortara con aquella rutina que se había aplicado a sí mismo.
─Porque hoy he hecho planes.
─Visitar un cementerio no es un plan por el que uno rechace una comida familiar ─soltó de repente con amargura.
La sorpresa de tal reclamo fue para ambos. Ninguno de los dos trataba aquel tema de manera abierta, pues las heridas seguían escociendo demasiado.
El silencio se asentó entre ambos durante unos segundos en los que ninguno de los dos fue capaz de decir nada. Su hermana porque estaba arrepentida de haber abordado el tema con tal descaro; Álvaro porque no estaba acostumbrado a que le arrojaran la verdad en la cara.
─Yo no voy a visitar un cementerio, voy a visitarla a ella ─se oyó decir a sí mismo.
Sintió aquella lluvia lejana y constante que le helaba los huesos en sueños. El estallido de cristales y su cuerpo dando vueltas sobre el asfalto. Tuvo que llevarse las manos a la cabeza para mantener sus emociones con la suficiente distancia. Escuchó la voz de su hermana, demasiado monótona para tenerla en cuenta,
─La muerte de Amanda no fue culpa tuya... hace tantos años que...
Debería haberlo superado, finalizó en silencio la frase de su hermana.
Pero no lo había superado. Habían transcurrido cinco largos años en los que se había culpado a sí mismo mientras odiaba a Amanda por todo el daño que le había hecho. En realidad, todavía no conseguía aclararse consigo mismo. A veces se odiaba a sí mismo y otras la odiaba a ella. Por ser tan frívola y aún así haberla querido tanto. Por todo lo que vino después.
Colgó el teléfono sin esforzarse en ofrecer una respuesta que tranquilizara los nervios de su hermana. Acto seguido entró en clase con paso renqueante y las manos atadas tras su espalda. Notó la mirada curiosa de Lola sobre sus hombros. Era una chiquilla lo suficiente perspicaz y observadora para descubrir que algo no iba bien. Aún así, por el bien de ambos se esforzó en devolver la concentración a su libro.
Cinco minutos después sonó el timbre escolar. Se quedó inerte sobre la silla, esperando a que sus alumnos salieran en estampida por la puerta con la adrenalina de la juventud. Por el rabillo del ojo, observó que Lola dudaba entre seguir los pasos de su amiga o quedarse en clase. Al final, se colgó la mochila al hombro y guió sus pasos hacia el escritorio.
─¿Te encuentras bien, Álvaro? ─se preocupó, mirándolo con los ojos oscuros a la cara.
Él forzó una sonrisa.
─Sí, gracias ─mintió.
Ella entrecerró los ojos para contemplarlo con recelo.
─¿Te han dado una mala noticia por teléfono? ─insistió.
─No.
Lola se sentó en el borde del escritorio y pasó la mano por el antebrazo de Álvaro. Sabía que había sido un roce inocente movido por la preocupación, pero no pudo evitar estremecerse ante aquel toque que movía algo dentro de él.
De pronto se imaginó la mano pequeña aferrando su miembro. Los dedos de uñas fuccia acariciando la cabeza húmeda de su pene. Aquellos ojos almendrados mirándolo a la cara mientras ella le otorgaba placer...
Tuvo que agarrarse al escritorio para devolverse a la realidad. Frente a él, Lola lo observaba con total inocencia, ajena a las intenciones que a él se le pasaban por la cabeza. Se había masturbado demasiadas veces pensando en ella..., en el cuerpo menudo y joven bajo el suyo. Desnuda y entregada. Virginal y dulce.
La mano femenina le dio una palmadita sobre el hombro.
─¿Álvaro? ─lo llamó.
Él inclinó la cabeza.
─¿Te importa si hoy no damos clases? Tengo cosas que hacer, y así puedes tomarte el día libre tras salir del trabajo.
Ella parpadeó un tanto sorprendida.
─Claro.
Álvaro se levantó y la acompañó hasta la salida. A su lado, Lola caminaba mirándolo de reojo, movida por la curiosidad.
─Álvaro, ¿De verdad que te encuentras bien?
─Sí, de verdad que sí ─forzó una sonrisa que supo que no logró convencerla─. Tengo el coche aquí al lado. ¿Quieres que te lleve a casa?
Lola contempló la acera durante un rato. Al final sacudió la cabeza y agarró las tiras de su mochila.

─Me apetece dar un paseo ─repuso sonriendo. Se puso de puntillas y le dio un beso en la mejilla. Arrugó la nariz al sentir la barba de él contra su piel, y Álvaro la retuvo por la cintura de manera inconsciente. La coleta que se había hecho ondeó en el aire cuando ella se separó y lo contempló con expresión alegre─. Llámame si necesitas hablar, ¿Vale? En fin, si te decides a contarme lo que te pasa. ¡Chao!
Álvaro la contempló marchar a la carrera. La coleta botando sobre su espalda y el cuerpo ligero como el de una gacela. Por primera vez desde que tenía que enfrentarse a aquel cometido, se sintió mucho mejor tras recibir aquel beso cariñoso y espontáneo que recibió como un soplo de aire fresco.
Lola no se parecía en nada a Amanda.
***

Lola aceleró el paso en dirección a la casa de su amiga Andrea. Si se apresuraba, podría alcanzarla antes de que se encerraran dentro de su casa. Llevaban cerca de una semana sin hablarse y Lola estaba arrepentida de sus palabras. Había intentado abordarla en clase sin éxito, pues su amiga se empeñaba en ignorarla y sentarse en el lado opuesto de la clase.
Al cruzar la esquina, la contempló a lo lejos a pocos metros de su casa.
─¡Andrea! ─gritó su nombre.
Su amiga se detuvo de inmediato, pero no giró la cabeza para contemplarla. Lola apresuró sus pasos y se plantó frente a ella en pocos segundos.
─¿Qué quieres, Lola? ─le preguntó con desgana.
─Que dejes de ignorarme.
Andre le dedicó una mirada cargada de acritud.
─Eres tú la que me ignora. Te guardas muchas cosas para ti ─le recriminó.
─He intentado pedirte perdón durante toda la semana.
─Tú no lo entiendes, Lola. Me siento apartada... las cosas ya no son como antes... te lo guardas todo.
─Lo sé ─Andrea la miró a la cara─. Pero es complicada. No puedo ser sincera contigo porque ni siquiera me aclaro conmigo misma.
─¿Te refieres a Álvaro?
─Y a Logan ─terció.
Andrea la miró perpleja.
─¿Qué hay entre él y tú? ─exigió saber.
─No lo sé.
Andrea la contempló con recelo, pero al final asintió con los labios apretados. La creía.
─Pero si algún día lo tengo claro serás la primera en saberlo.
─¿Y el profesor Aguado?
─Nos conocimos en verano. Ya sabes que es mi vecino ─Andrea la escuchó con atención, por lo que Lola inspiró y se preparó para contarle toda la verdad─. Nos hicimos amigos sin tener ni idea de que sería mi profesor. Bueno..., me colé por él. Pero te juro que nunca ha habido nada entre nosotros.
─¿De verdad? Aquel día que te torciste el tobillo...
─No lo ha habido porque él no quiere. Yo he insistido bastante. ─se sinceró─. Siempre he creído que siente algo por mí, pero supongo que solo me ve como una cría. No lo sé. Álvaro me descoloca.
─¿Y qué pasa con Logan?
─Va a su rollo ─Lola sonrió─. Es... distinto.
─¿Sabe lo de Álvaro?
─Sabe que hay una persona, pero no tiene ni idea de que es mi vecino.
─¡Lola!
─Siempre he sido sincera con él.
Andrea le soltó un abrazo rápido.
─No más secretos entre nosotras.
─Lo prometo ─la miró a los ojos─. Supongo que no hace falta que te diga que no le cuentes a nadie lo de Álvaro..., no quiero quedar como una idiota ni meterlo a él en un lío.
─En un lío se ha metido él solito, perdóname que te diga.
Lola optó por no escuchar aquel comentario.
─Tengo que entrar a trabajar ─se despidió de su amiga.
─¿Nos vemos esta tarde?
Lola dudó, pero al final sacudió la cabeza.
─Mejor mañana. Tengo que ir a pedirle disculpas a alguien más. Últimamente no he estado acertada.

Aprovechó que no tenía que asistir a clases particulares para dirigirse hacia el acantilado. Tenía la impresión de que él la estaría esperando allí, pese a que no le había concedido la oportunidad de ponerse en contacto con él.
De acuerdo, se había equivocado al pronunciar aquella maldita frase, pero Logan no le había dado opción a pedirle perdón. No podía hacerlo porque carecía de medios para comunicarse con él.
Al llegar al acantilado, un sentimiento poco agradable le recorrió el cuerpo al encontrarlo vacío. Aún así, se sentó sobre el borde con la esperanza de que él acudiera. Pasaron las horas y Logan no apareció, por lo que tumbó la espalda sobre el suelo de grava y cerró los ojos.
Le podía el aburrimiento y las ganas de verlo. Necesitaba disculparse con él porque no era la clase de chica que iba haciendo daño a los demás. A Logan no, que ni se lo merecía ni era la clase de persona a la que ella quería hacerle daño.
Escuchó el sonido de una moto acercarse, y se irguió justo a tiempo de percibir la silueta de él. Al contemplarla, ni siquiera se quitó el casco y volvió a arrancar la moto. No tenía intención de encontrarse con ella.
Con agilidad, se puso de pie y echó a correr hacia él. La tracción de las ruedas levantó una polvareda gris que la hizo toser.
─¡Logan, espérate! ─le gritó. Al ver que la moto se puso en marcho, soltó una patada al aire y apretó los puños─. ¡Ni siquiera me has dado la oportunidad de pedirte perdón!
La moto se detuvo en el acto. Rígido, el cuerpo de Logan permaneció sentado sobre la moto. Lola avanzó hacia él sin dudar, y cuando lo tuvo en frente, agarró el casco y se lo quitó de la cabeza. Los ojos azules ni siquiera miraron los suyos.
─Es difícil buscar el perdón de alguien cuando no tienes forma de contactar con él.
─No me apetecía verte, Lola. Y menos aquí ─replicó, emanando tensión.
─Entonces no deberías haberme enseñado este lugar ─respondió calmada.
Él rodó los ojos hacia ella.
─Lo que tengas que decirme dímelo ya ─le espetó.
Ella lo agarró del brazo y tiró de él. Logan la contempló perplejo porque no estaba acostumbrado a recibir instrucciones, pero por algún extraño motivo no se apartó de ella.
─Bájate de la moto. Me gustaría que me prestases atención ─exigió ella.
Logan suspiró con hastío, se bajó de la moto y colocó el casco sobre el asiento tapizado de cuero. Entonces, ella lo tomó por sorpresa cuando lo agarró de la sudadera y tiró de su cuerpo. La boca suave encontró la suya y Logan abrió los ojos perplejo. Durante unos segundos mantuvo las manos en el aire y no supo reaccionar, hasta que ella depositó las manos sobre su pecho y él la aferró por la cintura.
Había ido a buscarlo. Era más de medianoche y ella había permanecido allí, esperándola a él. ¿Qué más quería? Nunca le había importado a nadie. En toda su vida, nadie había ido a buscarlo.
Lola se separó un poco y mostró una sonrisa temblorosa, casi dubitativa.

─No sé si he acertado, pero es mi manera de pedirte perdón.




¿Qué os ha parecido? Espero que os haya gustado. Ayer no pude colgar capítulo porque estuve mala con gripe. Espero vuestros comentarios!! :)


20 comentarios:

  1. Cada vez se me hacen mas cortos. Creo que logan le perdonara y viviran felices para siempre jijijjjjjji.love logan.

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    1. jejeje ese Logan es.. peeo aún guarda algún secretillo. Besosss

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  2. Hola, esa llamada de Elena es la típica de las familias rotas o celosas que esperaban nunca salieras del nido. Pero bueno.

    Vaya quién se imaginaba que Álvaro tenía ese tipo de pensamientos con la pobre Lola.

    Y Lola, bueno Logan debe ponerselo un poco más complicado ¿No?

    Que te mejores y nos leemos el jueves.

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    1. La familia de Álvaro no lo comprende... él sufrió mucho por Amanda. Besosss!!!

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  3. Guau. Cada vez mejor y más emocionante.

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  4. OH POR DIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOS!!!!!!!!!!!!! Lola esta loca por Logan me facina su audacia, y que decir de Alvaro esa historia torcida de la tal Amanda eso me deja que pensar me facino este capitulo Chloe espero mas emociones para el Jueves y que bueno que te estes recuperando de la cripe saludo bella cuidate !!!!!!!!!!!!!!!!

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  5. Holaaa!!! Me he quedado un poco de bajon con la historia de Alvaro me da pena y todadia no se muy bien que paso , uyuy esos pensamientos impuros Alvarito.
    Me alegro que Lola se arregle con Andrea las amigas son muy importantes.
    Seguro que Logan la perdona.
    Me a gustado mucho el capitulo , deseando leer el proximo.
    Besotes!!!

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    1. gracias Cristina!! Álvaro y sus pensamientos impuros :o habrá más!!!

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  6. Quiero saberlo todo....k paso con esa Elena???? Con el accidente???? Se me hizo mu cortito...saludos guapa...

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    1. Gracias Loli¡! pronto se sabrá lo del accidente.. es miy fuerte¡! besos¡!

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  7. Mi querida Chloe q poquito... me encanta q maneras de pedir perdon ....

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  8. Vaya con Lola ahora si que los tiene en el bote a los dos... bien cierto es que no se aclara ni ella . Dificil decisión a no ser que uno de los dos la tome por ella y pase a la acción ya en serio jajajajajaja Esperando nuevo capitulo!!

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    1. jajaja Por ahora Logan tiene iniciativa... Álvaro tendrá que mover ficha si no quiere perderla

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  9. A mi me sigue gustando alvarooo!logan tiene su parte tiernaaa pero lolaaa se tiene q quedar cn alvaro

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    1. Ayyy .... Álvaro o Logan... la eterna pregunta...ajaja besossss!!

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  10. Cuenta ya lo de amanda. Debió ser mala para alvaro y así explica todo el jaleo mental q tiene.yo creía q era amor platónico lo q sentía por Lola pero lo del pene me ha desmontado la idealización. Logan me esta ganando.yo con bronquitis tenemos q cuidarnos q esto ha hecho mas q empezar.un besote chloe

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    1. Amanda fue mala malísima... no te puedes hacer una idea :s poco a poco se irá sabiendo. Álvaro está coladito por Lola.. y hay mucho interés sexual por su parte.. pero la edad y el pasado lo retienen. Besos!!

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