CAPÍTULO 32. CARTAS CON SABOR A LIMA

CAPÍTULO TREINTA Y DOS: SIN MIRAR ATRÁS

¿Había delirado? ¿Quizás fue un sueño?

El calor corporal del hombre que dormitaba a su lado evidenció los hechos. Hacía unas horas que acababa de perder la virginidad con Logan, tras lo que cayó rendida sobre el pecho masculino.

Era contradictorio.

Debería haberse sentido nerviosa antes de lo sucedido, pero imbuida por la insistencia de su familia y de Álvaro para que se alejara de Logan, se había sentido atraída hacia el enigmático chico sin poder remediarlo. Decidió perder la virginidad en un acto de rebeldía del que no se arrepentía. Había sido maravilloso. Él lo fue. Dulce, atento, delicado y apasionado. Hasta que se despertó.

Permanecía con los ojos cerrados porque tenía miedo de regresar a la realidad. En cierto modo se sentía conmocionada porque el sexo había sido imprevisto e increíble. Tal vez era como debía de ser. Lo había hecho porque en aquel instante no hubo nada que deseara más que perderse en los brazos de Logan.

Sólo había algo que la preocupaba: no tenía la menor idea de hacia donde avanzaba su relación con Logan. Él se había sincerado respecto a sus sentimientos, pero había algo que se le escapaba. Estaba encerrado en su mundo y se negaba a abrirse ante ella del todo.

¿Qué ocultaba? ¿Por qué tanto misticismo en torno a su vida?

Por otro lado, no quería pensar en el hecho de que acababa de romper de un plumazo con su pasado. Álvaro jamás la miraría con los mismos ojos tras conocer lo sucedido. De hecho, el velo ingenuo y cargado de admiración hacia su profesor se había ido disipando. Porque estaba sucediendo. A paso lento y certero, Logan se estaba haciendo un hueco en su corazón.

Abrió los ojos y se encontró con la mirada azul de él, observándola con curiosidad. Soltó un grito movida por la sorpresa, pero pronto se recuperó y se acurrucó contra su pecho.

─Hey... ─lo saludó nerviosa, consciente de que no tenía ni idea de lo que decir.

─Hola preciosa, ¿Te he despertado?

Logan parecía... feliz. Renovado. Cargado de algo especial que ella había provocado. Se mordió el labio y contempló al chico tumbado a su lado. Era guapísimo.

─No, es que creí que lo había soñado y he tenido que despertarme.

Logan le acarició la mejilla en un toque casi sagrado. La veneraba con solo mirarla, y cada vez que la tocaba era para afirmar tal hecho. Ella sostuvo la mano contra su mejilla y suspiró agradecida.

─¿Te arrepientes?

Lola parpadeó sorprendida.

─Me ha gustado tanto como a ti ─musitó, mirándola a la cara. Él pareció más tranquilo─. Ha sido una decisión irrevocable de la que no me arrepiento.

Enroscó las manos alrededor de su cuello y lo besó con premura. Él jadeó y la apretó contra si, como si acaso Lola tuviera la intención de apartarse. El beso se tornó en algo más primitivo y salvaje, hasta que Logan no pudo más y se separó de ella, apoyando la frente contra la suya.

─Creo que hoy ha sido suficiente para ti. Te tendría en esta cama todos los días de mi vida y no me cansaría... pero estás dolorida y extenuada ─besó su frente pese a que en realidad quería calmarse a sí mismo─. Creo que nunca tendré suficiente de ti, Lola.

Ella lo contempló con cierta incertidumbre.

─¿Y qué hay de aquello de disfrutemos el momento pero no me pidas una certeza? ─insinuó. Él pareció molesto ante el comentario, pero no pudo negarlo. Ella le apretó la mano para que no evadiera su curiosidad─. Logan, ¿Qué es lo que me ocultas?

La pregunta lo pilló desprevenido, por lo que desvió la mirada en un intento por no tener que hacer frente a lo que ella le exigía. No quería entrometerla en sus problemas, y mucho menos acercarla a un peligro que no le pertenecía. Había estado a punto de perderla por culpa de su tío, pero sabía que no podía alejarse sin más ahora que acababa de hacerla suya. Para ser sinceros, ni quería ni podía hacerlo.

─Haces demasiadas preguntas.

La oyó resoplar.

─Pero tú nunca contestas a ninguna de ellas.

─Créeme cuando te digo que no te conviene saber lo que oculto ─le dijo, mirándola de nuevo.

─¿Eres un asesino en serie? ─trató de bromear.

Logan fue incapaz de reír. Estaba tenso porque sabía que se encontraba en mitad de una encrucijada. O renunciaba a todo lo que había planeado durante años o se alejaba de Lola. No podía tener ambas cosas.

─No he tenido una vida fácil ─explicó, sin entrar en detalles.

─Lo sé ─se colocó encima de él para que no tuviera escapatoria─. Lo noto en la forma que tienes de mirar lo que hay a tu alrededor cuando crees que nadie te observa. Estás a la defensiva, como si creyeras que alguien va a atacarte y no estuvieras preparado.

─En realidad, llevo toda mi vida preparándome ─la cortó, irritado porque ella pudiera ver tan bien en su alma.

─¿Para qué?

─Lola...

─¿Logan?

La atrajo hacia sí y comenzó a besarla para que se callara. Pero al instante, el beso se convirtió en una lucha de voluntades que los dejó exhaustos. Ella quería convencerlo de que sincerarse del todo con ella solo podía ayudarlo a sanar las heridas que trataba de ocultar, y él deseaba desterrar la curiosidad de Lola.

─Mis problemas son asunto mío ─decidió.

─Sin embargo, tú lo sabes todo de mí.

─Todo es un término demasiado...

─Todo ─replicó sin dudar─. No tengo secretos para ti.

─¿Qué más quieres, Lola? ─la apartó de su cuerpo, pero la sorprendió al tenderla sobre el colchón y colocarse encima suya, inmovilizándola con su propio peso─. Te quiero, pequeña. Has conseguido que alguien desencantado con el amor vea algo positivo en sí mismo cuando piensa en ti. No puedo prometerte un para siempre, pero mi amor es la mayor certeza que tengo para ofrecerte. Eres lo único bueno que hay en una vida podrida por un pasado cargado de cosas horribles.

─Logan...

Sintió ganas de llorar, pero las ocultó al apretar la mejilla contra el pecho de él. La entristecía todo el dolor que él guardaba para sí. No podía imaginar lo que Logan había sufrido, pero intuía que era peor de lo que esperaba.

─Me da igual que tú no me quieras. Creo que el amor no tiene que ser recíproco para existir ─soltó de pronto, con la voz estrangulada.

─Espera... ─colocó las manos en su pecho para apartarlo, pero él la apretó más contra sí, impidiendo que lo mirara a los ojos─. Eso no es... yo... yo siento algo por ti. No sé lo que es, y no podría ponerle un nombre... pero si desaparecieras de mi vida una parte de mí se iría contigo.

Sintió que Logan se estremecía sobre ella.

─¿Estás bien?

─Me muero de ganas de hacerte el amor ─admitió.

Sus miradas se encontraron, y supieron que ambos estaban pensando lo mismo. Sin dejar de mirarlo, ella separó las piernas para recibirlo. Logan colocó los brazos de ella por encima de su cabeza, entrelazó los dedos con los suyos y en aquella postura tan íntima donde cada parte de su ser estaba vinculada con el otro, la penetró lentamente hasta completarla.

─Ah...

Se miraron a los ojos mientras lo único que se escuchaba era la respiración del otro. La fricción de sus cuerpos, el deseo sin contener... todo explotó cuando a ella le sobrevino un temblor que se apoderó de todo su cuerpo. Entonces, Logan salió precipitadamente de ella y corrió al cuarto de baño mientras maldecía para sus adentros.

─Maldita sea...

Lola se llevó las manos al rostro. En un alarde de locura, acababan de hacerlo sin preservativo. Por suerte, Logan había recobrado la lucidez instantes antes de derramarse dentro de ella.

Estaba a punto de salir del cuarto de baño cuando Lola escuchó unos pasos acercarse hacia la habitación. Aterrada, advirtió la voz de su madre y palideció de golpe.

─¡Mierda, mi madre! ─se alteró.

Logan soltó un juramento, cerró la puerta del cuarto de baño y se encerró dentro segundos antes de que la madre de Lola entrara en la habitación.

─Buenos días, cariño.

─Mamá... no te esperaba tan... temprano.

Su madre frunció el ceño.

─Son las seis y media de la mañana. ¿Dónde está Andrea?

─Se ha ido al instituto.

─¿A esta hora?

─Es que... tenía un examen y siempre se pone algo nerviosa.

─Ah... qué suerte que Álvaro sea nuestro vecino. Si hablas con él, no tendrá problema en repetirte los exámenes en un par de semanas.

─Sí, es una suerte ─replicó en tono agrio.

Cuando su madre se dirigió al cuarto de baño, a Lola se le aceleró el pulso.

─¡No puedes entrar! ─se alteró.

La contempló como si hubiera perdido el juicio.

─Lola, no voy a descender un par de plantas para ir al servicio comunitario.

─Es que... se ha atascado.

─Oh... vaya. Iré a buscar a alguien que lo arregle. En seguida vuelvo.

En cuanto la vio salir, Lola suspiró tranquila. Logan abrió la puerta y esbozó una expresión tirante.

─Me largo.

─Lo siento, no sabría que vendría tan pronto.

─No es culpa tuya, Lola ─respondío con frialdad.

─Logan, no te enfades.

Él resopló. Se volvió de repente y la besó para despedirse.

─No estoy enfadado, pero será mejor que me largue porque no quiero volver a ganarme otra bofetada.

Lola lo contempló anonadada mientras él salía por la puerta.

¿OS HA GUSTADO? ¡ESPERO VUESTROS COMENTARIOS!!! VEO QUE LAS TEAM ÁLVARO HAN DESAPARECIDO :( PERO OS ADELANTO QUE VA A SUCEDER ALGO QUE CAMBIARÁ EL CURSO DE LA HISTORIA...